De dominadores a iguales

28 mayo, 2024 | Punto de Vista

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De dominadores a iguales

Por Pedro Álamo

Hay una constante que recorre la historia de la humanidad desde sus inicios; en todas las épocas, en todas las culturas, en todo tipo de relaciones, en todas las clases sociales, en todas las ciudades… Es un enemigo implacable. En muchos casos se muestra tal y como es, sin esconderse, sin tapujos, orgulloso de su actuación… En otros, se disfraza, “camuflando” su presencia pero, al fin y al cabo, haciendo estragos a su alrededor. Su nombre es: Dominación.

En los orígenes, en el libro sagrado para judíos y cristianos, después de lo que se conoce como la desobediencia, se le dijo a la mujer que una de las consecuencias sería que su marido se enseñorearía de ella.

A partir de ahí, se desarrollaron sociedades centradas en el hombre como dominador de todo cuanto existe; se fraguó la cultura de los patriarcas. La mujer quedó relegada a las tareas domésticas y a la función de concebir hijos. Pero el concepto de patriarcado afectó no solo a la mujer, sino también a los hijos y su descendencia. El patriarca tenía el poder y, por lo tanto, el control y podía decidir a su antojo; era legal y moral en aquellos tiempos. No se entendía otra forma de concebir la existencia: unos eran dominadores y otros/as dominados/as. La esclavitud se desarrolló de forma extraordinaria. En tiempos antiguos (y no tan antiguos), en todos los imperios, la mano de obra gratuita era necesaria para mantener el Sistema. Esclavos y esclavas debían servir a sus señores y señoras que los habían comprado; eran pura mercancía, un negocio bien articulado y suculento. El dueño podía decidir sobre su vida y destino. Dominadores y dominados.

El modelo se extendió a otro tipo de relaciones interpersonales, como las laborales, por ejemplo. En la Revolución industrial, los trabajadores se veían obligados a trabajar en condiciones de explotación, con jornadas de 16 horas y salarios bajos; esto ocurría en todas las industrias como la minería, las fábricas textiles… En 1860, el Daily Telegraph explica el horario de los niños: “a las 2, a las 3, a las 4 de la mañana, se saca a la fuerza de sus sucias camas a niños de 9 a 10 años y se les obliga a trabajar para ganarse un mísero salario hasta las 10, las 11 y las 12 de la noche”. Nótese la dureza de los términos usados “a la fuerza”, “obliga”, “mísero”, “sucias” … Nuevamente, dominadores y dominados.

España se convirtió en uno de los países más ricos del mundo. A partir de 1492, con la “conquista” de América, la sed de oro fue exponencial. Mientras unos se enriquecían (los dominadores), otros eran masacrados y torturados (dominados). Con el oro se podía pagar ejércitos y armamento para expandir territorios, adquiriendo así mayores dominios. Los templos, palacios y casas del nuevo mundo fueron saqueados. La ambición humana no tiene límites.

Boys of Volta (Chicos del Volta) ― Jeremy Snell

El lago Volta es el lago artificial más grande del mundo. Su superficie está salpicada de espeluznantes troncos de árboles que emergen de aguas cristalinas. El tráfico de niños y el trabajo infantil en esta región tiene mucho que ver con la compleja historia económica y social de los ghaneses que residen alrededor del lago. Los niños pequeños son el instrumento injusto de la pesca debido a su movilidad y sus manos pequeñas para desenredar las redes. Esta serie espera capturar algo de la soledad e inocencia de los niños pequeños atrapados en esta realidad…

Más ejemplos de dominación, en pleno siglo XXI. Ruanda, El Congo y otros países africanos con recursos extraordinarios, someten a la población y la condenan a vivir en la miseria mientras los dirigentes se enriquecen exportando materias primas para que los países más desarrollados puedan disponer de baterías de litio para móviles y vehículos eléctricos. Las mujeres son violadas sistemáticamente, como arma de guerra, condenadas a la miseria y al repudio. El Dr. Denis Mukwege, cirujano congoleño, premio Nobel de la Paz, ha dedicado su vida a la reconstrucción del aparato genital femenino después de violaciones espeluznantes, trabajando hasta la extenuación. Incansable luchador a favor de las mujeres fundó en 2011 “La casa de la alegría” para ayudar a las mujeres violadas a aprender un oficio, para recuperar la dignidad perdida. Todo ello está narrado en su obra “La fuerza de las mujeres” publicado en 2022 por Galaxia Gutenberg, libro que recomiendo con vehemencia.

The Fulani tribe of Niger and sandstorms in Mali ―Jeremy Sell

Podríamos seguir con las mafias, los cárteles de la droga o la cantidad enorme de conflictos bélicos que asuelan nuestro mundo hoy en día. Todo eso, sin siquiera hablar de la miseria en la que viven millones de personas, víctimas de la pobreza extrema en un mundo con recursos suficientes para que todos sean alimentados y vivan con sus necesidades cubiertas. La relación padres-hijos ha sido también caracterizada por la dominación; se ha optado por la imposición más que por la persuasión…. Y qué decir del poder extendido de la iglesia para convertir herejes mediante la persecución y la tortura, en lugar de seguir el amor y la entrega. Son capítulos oscuros de la religiosidad.

Esto son solo unos ejemplos de la historia de la humanidad, una historia de dominación y su brazo ejecutor ha sido el terror y el miedo. Afortunadamente, se ha avanzado mucho en materia de derechos fundamentales. En Occidente las mujeres gozan de privilegios soñados, la explotación infantil está prohibida en numerosos países desarrollados. La corrupción está penada por la ley. Aun así, queda mucho camino por recorrer aunque la solución la tenemos al alcance de la mano y tiene que ver con reconocer que el hombre y la mujer son iguales en capacidad, dignidad, inteligencia… que todos los seres humanos son iguales. Este concepto representaría el principio de un cambio radical a nivel mundial.

El profeta de Nazaret dijo en una ocasión “los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad”; eso era lo normal, es un retrato de la historia de la humanidad. Y, entonces, solicitó a sus seguidores: “entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor”. Simplemente, extraordinario. Propuso una renuncia expresa a la dominación, a aquello que ha atenazado a la humanidad desde los inicios.

Termino con las palabras que Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca le dijo al fascista Milán-Astray el 12 de octubre de 1936: “Venceréis, pero no convenceréis”. La dominación tiene que tocar a su fin; solo entonces podremos ser libres, caminar con dignidad y encontrar la felicidad.
Sueño con un mundo en el que no exista la dominación, en el que se reconozca la dignidad de todos y todas. Sencillamente, porque todos los seres humanos somos iguales. Te pido querido/a lector/a que renuncies a la dominación en cualquiera de sus formas y adoptes una actitud de reconocimiento de que el otro, la otra, es igual o mejor que tú sin importar la edad, ni el género, ni la raza, ni la condición social…

Con esta decisión, la historia de la humanidad podría cambiar. Hagámoslo.

La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.

―Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
Pedro Álamo es Bachiller en Teología y Licenciado en Psicología. Actualmente se desempeña como delegado comercial en una Compañía de servicios tecnológicos para editoriales. Es autor de “La iglesia como comunidad terapéutica” y “Consejería de la persona. Restaurar desde la comunidad cristiana”, publicados por la Editorial Clie.

*Imagen destacada : De la serie Boys of Volta (Chicos del Volta) ― Jeremy Snell

…Una guía para no ser guiado…

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– Pedro Álamo.

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