Vered Terry: El anhelo por un lugar diferente
Por EH Pushkin
Sólo a través del arte podemos salir de nosotros mismos y saber lo que otra persona ve.
– Marcel Proust
La obra de Vered Terry es un llamado a nuestra conciencia para dar sentido a la existencia.
El arte vive dentro de nosotros, tanto formal como informal. Ambos necesitan de una actualización periódica y particular. Si nos decidimos por estrategias mínimas, suficientes para crear una vida que hasta el momento ha sido tranquila y cómoda, debemos mantenernos alejados de los cuestionamientos y limitaciones sociales.
Como suele suceder al crear arte, literatura, música, etc., hacemos uso de múltiples estrategias, entre ellas saber llevar un estilo de vida un tanto informal y asocial; es decir, asumiendo de antemano que será incómodo y que estaremos sujetos a prejuicios en algún momento.
En lo particular, al ser parte del mundo de las artes plásticas, me inspiro en los restos de muchos colores, en los moteados sobre las manos de las personas que pintan. Personas extraordinarias cuyas manos están llenas de desconciertos e inquietudes acerca de la vida.
Me inspiro en Vered Terry, quien vive en Jerusalén, una de las pintoras que admiro. Las manos de Vered Terry siempre están sembradas de color porque nunca deja de pintar. Ella pinta incondicionalmente mirando las muchas luces y sombras que la rodean. Terry vive en una tierra convenientemente bañada de espacio, tiempo, estrellas, planetas, galaxias y, finalmente, el universo entero.
El autor checo Milan Kundera, uno de los escritores más dotados de la actualidad, dijo en cierta ocasión que los niños pueden reírse inocentemente porque no tienen un pasado. Las personas con un pasado, con un cúmulo de experiencias y recursos, pero que viven solo en el presente, a menudo señalan que esta visión es muy cierta porque las experiencias nos vuelven, de alguna forma, seres protegidos y sometidos. Marcel Proust, quien ha observado los recuerdos más que nadie en la literatura, dice en su extenso libro En busca del tiempo perdido que los recuerdos constantemente nos persiguen y, en ocasiones, impiden ver con claridad el presente que nos concierne. Aun así, Vered Terry dice que recordará su pasado, especialmente los recuerdos de la infancia que pintó, y que esos recuerdos perdurarán en sus esfuerzos creativos. Kundera, Proust y Vered Terry coinciden en que quienes transitan por las orillas de la creatividad suelen tener un pasado insólito.
«Crecí en Jerusalén alrededor de 1960. En mi barrio las casas de piedra estaban dispersas entre terrenos abiertos, parcialmente salvajes y naturales. Las terrazas de piedra, muros y vegetación estaban esparcidas en espacios urbanos abiertos. La luz sobre la piedra de las casas llevaba una promesa de vida, y el mundo parecía menos hostil; sin embargo, había un anhelo por un lugar diferente, una cultura diferente que tuviera una sustancia, cuyo peso resultara de años de existencia y no una especie de crisol que no tuviera nada. Sin pasado, sin presente, y posiblemente sin futuro», dice Vered Terry.
Pintar el paisaje ha sido una tradición entre los artistas desde la antigüedad. Los griegos y los romanos pintaron paisajes y capas de jardín en sus paredes. La representación tradicional de paisajes puros declinó después de la caída del Imperio Romano. Los paisajes se vieron solo como escenarios para escenas religiosas y figurativas. Entre 1627 a. C. y hasta que fue redescubierto hace unos cincuenta años, Akrotiri, un asentamiento de la Edad del Bronce del Egeo en la isla volcánica griega de Santorini es el ejemplo más antiguo que existe de un paisaje pintado en el arte occidental. Fue bellamente preservado bajo ceniza volcánica. En la tradición occidental el paisaje, en cuanto género, surgió en el siglo XVI como algo separado de las pinturas antiguas y clásicas. El género se remonta a la China del siglo IV en la tradición oriental.
Hay tres tipos principales de arte paisajístico: figurativo, impresionista y abstracto. Un plano de imagen de paisaje tiene un ancho mayor que su altura. Es esencialmente una pintura horizontal en lugar de una pintura vertical. En este sentido, el paisaje se deriva de las pinturas de paisajes (Quizá deba decir …La pintura de un paisaje se deriva del paisaje mismo). La misteriosa belleza de la naturaleza y la diversidad de los paisajes de la tierra han inspirado a artistas a lo largo de la historia.
Vered Terry es una persona con múltiples talentos. La mente de un amante del arte se sorprenderá con el increíble ingenio y sencillez de Vered Terry, así como con las fantásticas imágenes de sus paisajes. Además, sus dibujos son extraordinarios. El dibujo consiste, esencialmente, en hacer líneas para representar imágenes, aunque también se pueden incluir áreas tonales, aguadas y otras marcas no lineales. La mínima aparición de formas y figuras en los dibujos de Vered Terry demuestra que es muy seria y que está enfocada en crear dibujos para proteger la importancia de los sujetos que dibuja y esta práctica ha contribuido a la posterior perfección de sus pinturas. Es imposible describir cómo sus dibujos expresan indescriptibles emociones y significado. La razón detrás de la preferencia de la artista por crear sorprendentes pinturas de paisajes es quizás su práctica constante de hacer dibujos.
Las pinturas de paisajes de Vered Terry son una fusión de cuatro elementos: Historia, paz, remembranza, y absoluta astucia.
Vered Terry vive en un lugar sometido a una constante lucha por la existencia y negociación de la paz. Cada una de sus piezas es conciliación y ramo de flores hacia todos aquellos que defienden la hostilidad y no la humanidad. Es un punto conciso de distintividad que los seres humanos debemos adoptar como pilar principal para mantener la vida segura, libre, igualitaria y floreciente. Vered Terry utiliza una sutileza excepcional para el propósito de su trabajo, porque quiere que el arte sea más «vivo» por el bien de todos los seres de nuestro planeta.
Necesitaba dejar ir a mi madre después de que murió […] Le di gorriones. Eran sus pájaros favoritos. Su nombre significa LIBERTAD, y esto también me mostró que elegí las aves correctas. Pinté a mis padres de azul para fusionarse con el cielo y los gorriones, en sus colores naturales. Llamé a esta escultura «Itgadal veyitkadash shmei rabba«: la primera línea de «Kaddish» (el réquiem judío).
– Vered Terry
Cuando eres como un vehículo de carreras
navegando a los cielos
Y Dios no está cerca
Si eres blando, serás golpeado.
Sobrevives de beber de la pelea
Cuando solo necesitas ser un aprendiz del día.
– Vered Terry
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