Fernando de Szyszlo: “El arte es descubrimiento y rebeldía”
Por Ysi Ortega
Fernando de Szyszlo, un hombre de todos los tiempos
Hace algunos días supe de la muerte de quien me honró con su amistad en El Perú, Don Fernando de Szyszlo. Al leer esa noticia, se me secó la boca, se engarrotó mi pluma, se paró la velocidad de mi mente y en ese instante, a travez del tiempo, me fui directamente al Perú.
Reviví pequeños momentos que pasé al lado de Don Fernando conversando y recordé la profundidad tan vasta que esos espacios de vida, en mi dejaron… La luz mágica lunar de esos días grises en Lima, la comida tan variadamente deliciosa. Y en aquellos días que en todo tenía fe, los recuerdos se volvieron mi presente.
Vi sus obras que compré en una exposición peruana y que al pedirle un descuento para comprarle dos, propuso que si compraba una me regalaría la otra, ambas con su dedicatoria personal. La primera vez que visité su casa fue para pedirle que presentara mi libro “Testimonios de fin de siglo”, en la 8ª. Feria Internacional del libro de Perú y me recibió con dócil modestia.
Antes que trajeran el té, le solicité ver su biblioteca y su personal galería pictórica. Ese recorrido por su obra fue fabuloso, resaltaba en ella la distinción del arte precolombino y los colores apasionantes que caían como lluvia, empapando la sensibilidad. En ese andar que tanto me sorprendió, contemplaba los universos literarios y pictóricos que tenían sus obras. Sensitivamente veía danzar notas musicales e historias escritas a pincelazos. “Usted es universal Maestro”, le decía. “Porque me hundo en mis propias raíces” – contestó – y fue con esa frase, cuando iniciamos una conversación sobre las raíces que ambos traíamos en la sangre, citando a los incas y los mayas que para mí, no son hermanos sino gemelos.
De repente, muy suelta como suelo ser, le señalé lo imperante que sería escribir un libro con una enfática propuesta que incitara a los países de América Latina a unirse como “Los Estados Unidos Latinoamericanos”, ya que de adoptarse esa propuesta, fácilmente podríamos llegar a ser un imperio, le exclamé.
Festejó la idea diciendo: “Todos los latinoamericanos somos producto de todas las sangres y esa sangre tiene que unirse”. Y casi al unísono le propuse escribirlo juntos –por dentro me asombré de mi audacia, ¿quién era yo para proponerle a un Artista de su nivel escribir juntos? – y ante mi asombro contestó: “Adelante, con mucho gusto compartiré con usted mis puntos de vista”.
Me propuso que le enviara una síntesis de la idea en sí y a partir tuvimos un fluido intercambio de mensajes por email.
En los conceptos que compartía, entendí que sus textos no tenían diatriba alguna; era filosofía pura que, dulcemente, enfatizaban mi idea. En posdatas, a un escrito que le envié, pregunté si lo que escribía le parecía impetuoso o trágico y me respondió algo que siempre resonará en mí: “Usted siga escribiendo: Aún lo trágico e impetuoso está lleno de ternura”.
Los pocos diálogos personales que llevamos a cabo sobre el proyecto concordado, fueron fecundos en varias materias, pues nuestras conversaciones diferían. De repente brotaba la poesía, tenemos una admiración por Rainer Maria Rilke. “Te veo compulsión por escribir, no te detengas ¡adelante!, origina tu poesía, para pintar yo me inspiro en la poesía”. Me decía.
Presencié su forma de ser, vi que era un hombre nutrido de historia y que su persona era tan enriquecedora como su virtuosa humildad.
Memoria envidiable tenía Don Fernando, me contaba anécdotas con nombres precisos, con todos los detalles y sus linajes. Fácilmente es historiador, pensaba.
Por aras del destino – robo de mi computadora, cambios de países y continentes – se truncó nuestra correspondencia. Y en los momentos que me enteré de su partida, entré en trance al pasado de mi vida en Lima e íntimamente me culpe por no haber vuelto a contactar a Don Fernando y despedirme de él, tan decentemente como lo conocí, tan afablemente como aceptó presentar mi libro y escribir conmigo una de mis ideas.
Don Fernando de Szyszlo fue un hombre dueño absoluto de una hermosa sencillez, al que uno concibe que es un gigante y no quiere saber si lo es.
Entre su grupo de amistades, se encontraban Rufino Tamayo, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, contemporáneos y extemporáneos escritores, alemanes, polacos, franceses, fotógrafos ilustres. John Lennon compraba sus obras. Por su amistad con la viuda de César Vallejo diseñó la tumba de su difunto esposo, quien ahora descansa en el panteón MontParnasse.
“Para hacer un poema se necesita haber amado, haber visto nacer, haber visto morir, haber gozado, haber sufrido y después olvidar, para que se vuelva sangre de uno y salga como brote propio” dijo Fernando de Szyszlo quien fue y será un hombre de todos los tiempos.
Julie Furlong, periodista, escritora, poeta…
desdeplanetatierra.blog
La pintura es una derrota. Es el desfase entre lo que sueñas hacer y lo que finalmente concibes
– Fernando de Szyszlo.
Fernando de Szyszlo Valdelomar (Lima, 1925- Lima 2017), pintor peruano, escultor y crítico de arte. Hijo del físico polaco afincado en Perú, Vitold de Szyszlo y de la hermana del escritor peruano Abraham Valdelomar, María. «Los latinoamericanos ya no son el pariente pobre del arte». El peruano Fernando de Szyszlo se convirtió en el más destacado representante de la abstracción en su país -desarrollando un personal indigenismo abstracto- y en una figura clave de la pintura abstracta en América Latina.
Tras un frustrado intento de estudiar en la Escuela de Arquitectura, en 1944 ingresó en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Católica de Lima, donde tuvo como maestro al pintor expresionista austriaco Adolf Winternitz. En 1948 viaja a Europa y confirma su interés por las corrientes pictóricas vanguardistas, en especial por las tendencias abstractas. En sus primeras exposiciones muestra la influencia del cubismo y del surrealismo siendo la impronta surrealista la que dejó huella en su producción. En Francia, Szyszlo, frecuentaba el Café de Flore, donde conocería a otros artistas como André Breton y Octavio Paz. El pintor peruano fue uno de los primeros artistas latinoamericanos que vivió de cerca la aventura “revolucionaria” del París de los años cincuenta, madurando pronto un lenguaje pictórico abstracto, intenso y austero, que algunos han identificado con una influencia poética y pictórica de Roberto Matta,Wilfredo Lam y Rufino Tamayo. Sus obras, en su globalidad, no dejan de girar alrededor de un juego poético. Fue docente y conferenciante en las universidades de Cornell, Yale y Texas (Estados Unidos). Szyszlo no sólo fue una figura clave del arte sino un promotor e impulsor de la literatura y otras expresiones artísticas con raíces latinoamericanas.
¿Cuál sería el principal problema de los artistas jóvenes en la actualidad?, le preguntaron en una de las últimas entrevistas que diera:
“Yo creo que eso, ese peligro de la comercialización, y la tentación de imitar lo que se hace fuera, esa cosa colonial mental de si en Nueva York se hacen instalaciones pues aquí también hay que hacerlas”, que si en Nueva York se hace op-art aquí también hay que hacer op-art. Ese criterio comercial es el camino seguro de un desastre, y el único camino bueno es el trabajo, el único. Trabajar y mirar hacia dentro, nunca hacia afuera. Uno es el mejor juez de lo que produce; entonces uno debe darse cuenta hasta qué punto es de malo lo que uno hace”. (Fernando de Szyszlo)
Szyszlo se orienta hacia la indagación fascinante en lo maravilloso, en lo numinoso. Así, la sustancia misteriosa, insondable del arte peruano anterior a la conquista se manifiesta en el lenguaje del expresionismo abstracto, en una pintura que constituye, a decir de su autor, “el encuentro visible de lo sagrado con la materia”
En el año 1960 pinta una de sus mejores obras. Se trata de Auki V, que está en la actualidad en «The Blanton Museum of Art», en la ciudad de Austin- TX, en los Estados Unidos.
Fernando de Szyszlo es uno de los artistas que hablan de una tradición no europea, sino específicamente indígena. Inkarri, es otra de sus obras maestras. El título en quechua, la lengua indígena de los Andes, indica un interés particular de Szyszlo en la conexión con las antiguas tradiciones americanas. Aunque la pintura parece totalmente abstracta en un primer momento, el título indica una narrativa específica, lo que nos permite ver una pintura simbólica en lugar de términos puramente formales o abstractos. Inkarri ilustra una leyenda en la que el último gobernante Inca, Túpac Amaru, cuyo cuerpo fue despedazado en 1572 por los españoles, vuelve a recuperar su reino de los colonizadores. Szyszlo, a diferencia de la generación anterior de indigenistas peruanos, utiliza un lenguaje totalmente abstracto y contemporáneo para comunicar esta narrativa revolucionaria. En lugar de registro de datos históricos de la leyenda de Túpac Amaru, Szyszlo ha sugerido la resurrección del Señor en formas flotantes y contemplativas que evocan a un universo mágico.
Fernando de Szyszlo, un amante de la filosofía y literatura, recibe inspiración de ellas . En su trabajo recobra la fuerza y la naturaleza de los mitos para, posteriormente, formar parte del patrimonio simbólico de Latinoamérica.
Las obras de Fernando de Szyszlo denotan claramente la utilización de mucha textura y color. También utilizó adecuadamente la luz y las sombras en sus pinturas.
Religión, ciencia y arte tuvieron un origen común y por más que se han desarrollado en diferentes sentidos, el núcleo queda bien vinculado.
– Fernando de Szyszlo
El arte de Fernando de Szyszlo es su impresionante espacio imaginario. Más que acrílicos sobre tela, sus cuadros son la pintura misma y que, al estar interrelacionada con la tarea poética, logra convertir su «rebeldía» en un descubrimiento para el espectador…
Lo único que sé es que no voy a cesar en mi búsqueda porque desde el momento que identifiqué mi vocación he sabido que el camino es la meta, que todo lo que puedo conseguir es ese combate y que el cuadro no es sino, un caminante. De modo que el destino final de mi viaje es cada paso que he dado, cada trazo y pincelada, cada cuadro, cada fracaso.
– Fernando de Szyszlo