Man Ray: Despreocupado, pero no indiferente
Por Ysi Ortega
Pinto lo que no puede ser fotografiado. Fotografío lo que no deseo pintar.
– Man Ray
Man Ray (Emmanuel Radnitsky; Filadelfia, 1890 – París, 1976), nacido en el seno una familia judía, fue uno de los fotógrafos más importantes del dadaísmo estadounidense de la primera década de siglo XX, así como del surrealismo europeo de los años veinte y treinta, haciendo extensivo su arte a la pintura, la escultura y el cine. Man Ray es un artista referente de la vanguardia internacional.
Cuando hablamos de la vanguardia – o avant-garde en francés – es pensar en el punto más avanzado. En relación al arte, pensamos en ese punto donde las personas o a las obras son innovadoras, en el empuje de los límites de aquello que se acepta como reglamento o statu quo, alterando la estructura de las obras, desordenando de alguna manera los parámetros creativos e insertando hasta temas tabú en algunos casos y con la “libertad de expresión” como característica esencial.
La historia da cuenta del surgimiento del arte vanguardista en acontecimientos como la primera y segunda guerra mundial y la constitución de la tercera República Francesa, los cuales provocaron una reacción intelectual en contra de la sociedad establecida, dando comienzo al nuevo artista incomprendido, bohemio y comprometido con una serie de valores contrarios a las situaciones miserables y desafortunadas reinantes. Tiempo después, el Arte Vanguardista se alimentaría de cambios y aportaciones significativas que reformaron ideas y modos de vida. Algunas contribuciones fueron la segunda Revolución Industrial, la publicación de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein; la Interpretación de los sueños de Sigmund Freud; la popularización de la Fotografía y el nacimiento del Cine, entre otros.
Fue así que Man Ray entró en la escena de este gran movimiento del arte y en 1915 hizo el primer “one-man-show” vanguardista, con el cual empezó a reconocerse su nombre por el continente americano como uno de los primeros pintores abstractos. Poseedor de una gran imaginación, Man Ray experimentó trabajando en distintas manifestaciones del arte. Con Duchamp y Picabia, por ejemplo, creó el Dadá neoyorquino, realizando obras experimentales que incluían impensados tipos de soportes para la creación de la obra artística. “Un original es una creación motivada por el deseo. Cualquier reproducción de un original se basa en la necesidad de motivación. Es maravilloso ser la única especie que crea formas gratuitas. Crear es divino, reproducir es humano”, afirmaba Man Ray.
Para los que alguna vez se atrevieron a dar ese salto a lo nuevo y lo desconocido pero anhelado, a intentar otra manera de expresión aun desacomodando una “obra terminada”, sabrán que eso nunca fue fácil y tampoco lo sería para Man Ray. Tras instalarse en París en 1921, al ver que su obra no encontraba mercado, Man Ray vuelve a la fotografía. Empieza a crear obras experimentales, como sus famosos «rayogramas«, sin imaginarse lo que significarían en este rubro, imágenes fotográficas sacadas sin cámara (imágenes abstractas obtenidas con objetos expuestos sobre un papel sensible a la luz y luego revelado). Estos trabajos son de una creatividad tan sorprendente que uno no puede pasar por alto la importancia de la idea, del concepto, de la transmisión artística visceral y hasta imperfecta si se quiere, pero siempre realizada con un sentido.
Por supuesto, habrá siempre los que miran solamente la técnica, que pidan el «cómo», mientras que otros de una naturaleza más curiosa se preguntarán «porqué» (Man Ray)
La prolífica producción de Man Ray evita encasillarse y más bien, refleja en todas ellas un muy particular sentido del humor que va a la par de una gran sensibilidad.
He sido acusado de bromista. Pero el arte más acertado para mí implica humor.
– Man Ray
Entre pinturas y fotografías hay que incluir películas, collages, obras gráficas, dibujos, diseño publicitario, moda y el uso de objetos de la vida cotidiana – como THE GIFT de 1921 – para su representación. Como pionero del dadá y del surrealismo, su aproximación se caracteriza por lo irracional y lo incongruente, provocando muchas veces el temido escándalo.
Las mujeres están muy presentes en su obra. “INGRES’S VIOLIN” (1924) es una de sus obras más representativas ya que refleja en una sola imagen todo lo que este creador es para el arte. La modelo es una de sus musas, “Kiki de Montparnasse” (Alice Prin). Man Ray decidió retocar esta fotografía con grafito y tinta china para señalar la parrilla del violín en su modelo. En esta obra, Man Ray hace una referencia a la pintura de Jean Auguste Dominique Ingres (como: «La baigneuse de Valpinçon» y «Le Bain Turque«), artista a quien Man Ray admiraba. Fácilmente esta fotografía podría haberse quedado en un simple, aunque muy inquietante, retrato de un semi-desnudo, pero en las manos de este talentoso artista y representante indiscutible de la vanguardia, llega a jugar con el concepto de “buscar más”, de elevarlo a otro nivel. “La búsqueda de la libertad y el placer; eso ocupa todo mi arte”, afirmaría Man Ray. Al mirar esta fotografía, seguramente para muchos, el tiempo se detiene. Cuántas lecturas habrá, no lo sabemos, pero nuestra memoria hace un lugar para empezar a generar una nueva historia que se quedará ahí por mucho tiempo …
La artista y fotógrafa Naomi Savage, sobrina y protegida de Man Ray, decía en una entrevista (2000): “Con él se puede intentar cualquier cosa, no hay nada que te diga que no se puede hacer, salvo derramar las sustancias químicas. Con Man Ray, eres libre de obedecer a tu imaginación. Ese tipo de aliento ha sido maravilloso”.
Las calles están llenas de artesanos admirables, pero tan pocos soñadores prácticos.
– Man Ray
Tarea difícil es abarcar toda la creación artística de este virtuoso artista de la vanguardia, pero en este intento, es un deber mencionar algo más que se le reconoce a Man Ray: los retratos; llegó a convertirse en fotógrafo retratista de personalidades de la cultura.
Una de sus obras utilizando los retratos es: “TABLERO DE AJEDREZ SURREALISTA” (1934), un fotomontaje conformado por un selecto grupo de artistas asociados al movimiento surrealista. Empezando por el lado superior izquierdo vemos a: André Breton (conocido como el padre del surrealismo), Max Ernst, Salvador Dali, Hans Arp, Ives Tanguy, René Char, René Crevel, Paul Eluard, Giorgio De Chirico, Alberto Giacometti, Tristan Tzara, Pablo Picasso, René Magritte, Victor Brauner, Benjamin Peret, Guy Rosey, Joan Miro, E.L.T. Mesens, Georges Hugnet, Man Ray. Todos ellos como las piezas de un tablero de ajedrez (otra pasión de Man Ray), hacen referencia al título de esta ingeniosa obra.
En el libro “Diálogo con la fotografía” de Paul Hill y Thomas Joshua Cooper, donde a través de entrevistas se conocen algunos principios y filosofías de grandes personajes, una de las preguntas que le hacen los fotógrafos a Man Ray es: -¿Cuál ha sido su pasión? . Man Ray respondió: –“Bien, todo es juego. ¿El motivo? ¿Qué procuro? La conquista de la libertad, en primer lugar. Cuando dijeron que yo me adelantaba a mi época, contesté: No, no es así, yo correspondo a mi época, vosotros estáis retrasados de época. Pero continué. Salté de una cosa a la otra, o hice dos cosas a un mismo tiempo. Tenía las manos llenas y eso bastaba para mantenerme en marcha”.
Man Ray es sinónimo de alegría, de desafío…
– Marcel Duchamp
“Despreocupado, pero no indiferente”, así reza su epitafio en el cementerio de Montparnasse. Su obra y sus acciones, sin lugar a dudas, confirman tan significativa frase.