Guernica: de Picasso a Barry Guy
Por Esteban Arizpe Castañeda
El 26 de Abril de 1937 y en el marco de la Guerra Civil Española, la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana lanzaron un devastador ataque sobre la población vasca de Guernica provocando centenares de víctimas, en su mayoría civiles. El primer bombardeo se llevó a cabo a las tres y media de la tarde y tuvo como objetivo destruir la carretera y el puente al este de la ciudad para impedir la retirada del ejército vasco allí apostado. Tres horas más tarde, los aviones alemanes descargaron un segundo ataque, mucho más destructivo, con bombas explosivas e incendiarias, mientras aviones cazas, disparaban en vuelo rasante a las personas que huían del lugar.
Los autores de esta masacre señalaron después que el objetivo de la operación había sido la voladura de un puente. Sin embargo, el hecho real es que ese puente y la fábrica de armas ubicada a las afueras del poblado, resultaron intactos y que la única consecuencia del ataque fue una ciudad destruída y muerte.
Ese mismo año, el genial Pablo Picasso, recibió un encargo de la Republica Española para hacer un cuadro a exhibirse en la Exposición Internacional de Paris con la idea de intentar acercar la opinión internacional a la causa republicana.
El resultado de ese encargo, terminaría siendo el famoso cuadro “Guernica”, un óleo sobre lienzo de 3,50 metros de alto por 7,80 de largo, pintado utilizando únicamente el blanco y negro y una variada gama de grises.
El encargo de dicho cuadro fue anterior al bombardeo de la ciudad de Guernica y por ello los primeros bocetos de la obra no se inspiraron en ese trágico episodio de la historia. Picasso, enterado de lo sucedido, luego retoma la obra desde esa óptica y le asigna el título con la que es conocida mundialmente: “Guernica”.
El cuadro, pese a su título y las circunstancias en que fue realizado, no incluye una referencia concreta al bombardeo de Guernica y a la Guerra Civil Española, en consecuencia, podemos decir que no se trata de un cuadro narrativo, sino simbólico.
Ese carácter simbólico está representado en el “Guernica” de Picasso por nueve símbolos principales, seis de ellos humanos (de izquierda a derecha: la madre con su hijo muerto, el guerrero muerto, la mujer arrodillada, la mujer con la vela, el hombre implorando y la mujer con los brazos al cielo) y los tres restantes con animales (un toro, una paloma y un caballo); elementos que aunados por el pincel de Picasso actúan como alegorías de la oscuridad bélica y el sufrimiento humano provocado por los horrores de la guerra.
El cuadro, por expresa petición del propio Picasso, fue llevado en 1941 al MoMA de Nueva York, en donde permaneció hasta a su regreso a España en 1981.
Muchas de sus reproducciones engalanan distintas salas alrededor del planeta y una de ellas (de las pocas autorizadas personalmente por Picasso) fue el tapiz del “Guernica” donado por la familia Rockefeller a las Naciones Unidas que se colocó en la sede de esa organización el 13 de septiembre de 1985.
En febrero de 2003 el tapiz ubicado en la sala de entrada del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue cubierto con una tela azul y se mantuvo oculto durante los días en que el Secretario de Estado norteamericano Colin Powell anunciaba la intención, finalmente concretada, de bombardear Irak.
La explicación oficial del ocultamiento fue por razones “técnicas” pero, no hace falta demasiada imaginación para entender que esa censura obedeció a que la finalidad estética de “Guernica” no era un buen fondo para que el representante de la primera potencia mundial anunciara ante las cámaras de televisión el inicio de un nuevo conflicto bélico con bombardeos aéreos.
Esta cortina azul con la que se ocultó el tapiz del “Guernica” inspiró la monumental obra musical del compositor y contrabajista británico Barry Guy titulada The Blue Shroud (en inglés, el velo o cortina azul) que se editó en 2016 por intermedio del sello discográfico Intakt Records.
Barry Guy, a partir de sus lecturas sobre la Guerra Civil Española, el análisis sobre el “Guernica” de Picasso realizado por Simón Schama y la censura del tapiz ocurrida en Naciones Unidas; elabora una pieza musical en donde se dan cita composiciones originales, elementos provenientes de la libre improvisación europea, la musicalización de textos escritos por la poeta irlandesa Kerry Hardie y la recreación de algunos fragmentos de música antigua, entre los que se encuentran el Agnus Dei de la Misa en Si Menor de Johann Sebastian Bach y varios pasajes pertenecientes a las Sonatas de los Misterios del compositor austriaco Heinrich Ignaz Biber.
Mi intención era escribir una pieza musical que fuera conmovedora, comprometida e intensamente creativa pero, también quería reunir a un grupo con personas de varios países diferentes porque la colaboración entre todos es indicio de que es posible un mundo mejor.
– afirma Barry Guy
Para llevar adelante esa idea el compositor convoco a músicos de diez países distintos, entre los que aparecen (además de su líder en contrabajo y dirección musical), Savina Yannatou en voz, Ben Dwyer en guitarra, Agustí Fernández en piano, Maya Homburguer en violín, Fanny Paccoud en viola, Percy Pursglove en trompeta, Torben Snekkestad en saxo soprano y trompeta, Michael Niesemann en saxo alto y oboe, Per Texas Johansson en saxo tenor y clarinete, Michel Godard en tuba y serpentón, Julius Gabriel en saxo barítono y Lucas Niggli y Ramón López en baterías y percusión.
Barry Guy, agrega luego:
“Lo que vemos en los medios la mayor parte del tiempo no tiene nada que ver con un funcionamiento cooperativo del mundo. Por eso busqué hacer una pieza de música lo más conmovedora posible, que involucre a la mayor cantidad de gente posible y que sirva para demostrar que si estamos juntos las cosas pueden funcionar mejor”.
El álbum The Blue Shroud es una obra maravillosa, altamente recomendable y, quizás, una de las más representativas de lo que sucede en la actual vanguardia musical europea.
Reflexión final: El devastador bombardeo nazi a Guernica se tradujo después en arte con el cuadro de Pablo Picasso. La censura al tapiz de “Guernica” promovida por el Departamento de Estado norteamericano en Naciones Unidas poco antes de invadir a Irak impulsó la realización de The Blue Shroud de Barry Guy.
Quizás debamos empezar a creer que el arte es siempre una de las mejores respuestas que puede ofrecer la condición humana ante el horror de la guerra.