Pasolini, el poeta

01 agosto, 2024 | Filosofía y Letras

Texto

Pasolini, el poeta

Por Ysi Ortega

…la vida como apuesta para perder como señores,

os han impedido saber quiénes sois…

Pier Paolo Pasolini
DAVID

Apoyado en el pozo, pobre joven,
vuelves hacia mí tu cabeza gentil,
con una risa grave en los ojos

Tú eres, David, como un toro en un día de abril,
que de la mano de un muchacho que ríe
va dulce a la muerte.

―Traducción de Delfina Muschietti


Pier Paolo Pasolini es considerado uno de los intelectuales más ilustres de la historia italiana del siglo XX. Fue un poeta, director de cine, escritor, actor y dramaturgo. Su faceta más conocida es la de cineasta, pero también publicó novelas, ensayos y poesía.

Pasolini nació en Bolonia (1922) en el seno de una familia de militares. A la edad de siete años comenzó a escribir poesía. Su primer poemario Poesie a Casarsa fue publicado, por cuenta propia, el 14 de julio de 1942 en la Libreria Antiquaria Mario Landi de Bolonia. Incluía catorce poemas escritos en friulano, el dialecto de su madre y dedicados a su padre en la portada.

“Mi madre era como Sócrates para mí. Tenía, y tiene, una visión del mundo sin duda idealista e idealizada. Ella cree de verdad en el heroísmo, en la caridad, en la piedad, en la generosidad. Yo he absorbido todo eso de manera casi patológica”

Pasolini, en una entrevista para Vogue en 1971
CERCANA A LOS OJOS
Rome, Italy, April 1971, the writer and director Pier Paolo Pasolini in his home with his mother. (Photo by Vittoriano Rastelli/Getty Images)

Cercana a los ojos y los cabellos sueltos
sobre la frente, tú, pequeña luz,
dispersa, enrojeces mi cuaderno.
De adolescente, en tu pálida llamarada,
ardía hasta la noche, y era extraño
escuchar al viento y a los grillos solitarios.
Entonces, en la olvidada habitación
dormían mis padres, y mi hermano,
inmóvil, descansaba tras un muro delgado.
¿Dónde está ahora, luz roja?
No hablas, sin embargo iluminas; y suspira
el grillo en el silencio de los campos.
Y mi madre se peina al espejo
de una manera antigua como tu luz,
pensando en su hijo ya sin vida.

―Fuente: El diario, (1945-47) – 1954 Traducción de: F. E. León

Pasolini asistió a la Universidad de Bolonia, pero terminó siendo reclutado a los veinte años para servir en la Segunda Guerra Mundial pocos días antes del Armisticio de Cassibile, firmado el 3 de septiembre de 1943 entre Italia y los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. La experiencia tuvo una profunda influencia en el joven escritor ya que fue hecho prisionero por los alemanes junto con su unidad. Consiguió escapar refugiándose en el pequeño pueblo de Casarsa, donde se reunió con su familia y vivió durante años.

«Una percepción sagrada del mundo humano le permitió a Pier Paolo Pasolini (1922—1975) convertirse en el mejor crítico de las grandes instituciones de su tiempo en Italia: el Partido Comunista y la Iglesia Católica. Pero por sobre ellos, vio lo que llamó “el más represivo de los totalitarismos”, la sociedad de consumo, una cultura unificadora universal. Esta visión crítica, de la que se nutre su poesía, tenía en cuenta sin embargo una segunda fuente: el impacto de ese mundo en las raíces emocionales del autor, en su percepción de un universo atávico e irracional, el mundo del mito, redefinido por Cesare Pavese en la década de los años treinta del siglo pasado. Sin esta base, la poesía urgente de Pasolini acaso no hubiese perdurado».

―Jorge Aulicino para presentar Nada personal (2016,una antología de la poesía de Pier Paolo Pasolini, publicada por Ediciones en Danza, en Buenos Aires.

COMUNICADO PARA ANSA (Un perro)

Ay, perro, parado en el cordón de la Via Prenestina,
que mira a un lado y a otro antes de cruzar.
Nada que objetar, todo lo acepta.
No hay dignidad que defender, por causa de su bondad.
Esta es, entonces, mi conclusión:
la resignación no tiene nada que envidiar al heroísmo.

―Versión de Jorge Aulicino

ANÁLISIS TARDÍO

Sé bien, sé bien que estoy en el fondo de la fosa;
que todo aquello que toco ya lo he tocado;
que soy prisionero de un interés indecente;
que cada convalecencia es una recaída;
que las aguas están estancadas y todo tiene sabor a viejo;
que también el humorismo forma parte del bloque inamovible;
que no hago otra cosa que reducir lo nuevo a lo antiguo;
que no intento todavía reconocer quién soy;
que he perdido hasta la antigua paciencia de orfebre;
que la vejez hace resaltar por impaciencia sólo las miserias;
que no saldré nunca de aquí por más que sonría;
que doy vueltas de un lado a otro por la tierra como una bestia enjaulada;
que de tantas cuerdas que tengo he terminado por tirar de una sola;
que me gusta embarrarme porque el barro es materia pobre y por lo tanto pura;
que adoro la luz sólo si no ofrece esperanza.
―Traducción de Hugo Beccacece.

Así como en su obra cinematográfica, el excepcional y comprometido artista italiano ha sabido plasmar en su obra literaria un sentido lírico profundo detrás de las palabras, aun haciendo uso de un lenguaje distendido y cotidiano, en formas métricas clásicas y versos libres. “He vivido dentro de una lírica, como todo obseso”, declaraba alguna vez Pasolini. El poeta abarca diversos aspectos que guardan un vínculo con su percepción del fenómeno literario y social; llegando a ser un referente en el campo del arte, del pensamiento, así como también, debido a su experiencia en la guerra, en la política.

Ver las imágenes o leer la poesía de Pasolini requiere estar atento a una persona que decide desnudar su alma para mostrarnos sus llagas abiertas y siempre un atisbo de esperanza que bien se puede identificar con aquellas palabras del artista de origen judío Marc Chagall cuando decía: “El arte es sobre todo un estado del alma” …Y el alma es libre…

“La poesía debe ser tomada siempre como un ámbito de absoluta libertad y amistad entre los hombres, en un mundo donde se cierran muchas puertas por estos mismos motivos.”

Héctor Berenguer
Italian writer and director Pier Paolo Pasolini working on the script of the film Curd Cheese, segment from the film The New World. 3rd November 1962 (Photo by Reporters Associati & Archivi/Mondadori Portfolio via Getty Images)
LAS HERMOSAS BANDERAS (Extracto, últimos versos)

De ese blancor fue el sol verdadero,
de ese blancor fueron los muros de las fábricas,
de ese blancor
fue el mismo polvo (en las tardes secas, cuando
el día anterior lloviznó un poco),
de ese blancor fueron los harapos de lana,
las chamarritas pardas y los pantalones deshilachados
de los obreros
que hubieran podido ser aún camaradas:
de ese blancor
fue el bochorno de la nueva primavera,
oprimida por el recuerdo de otras primaveras
sepultadas por siglos
en esos mismos pueblos y suburbios
—y listas ¡oh Dios!
listas para renacer
en esas tapias, en esos caminos.

En esas tapias, en esos caminos,
impregnados de extraño perfume,
en la tibieza donde florecían, rojos,
manzanos y cerezos: y su color rojo
era obscuro, como hundido
en un aire de caliente temporal,
un rojo casi marrón, cerezas como ciruelas,
manzanas como prunas, atisbando
entre las brunas, intensas
tramas del follaje calmo, como si la primavera
no tuviera prisa
y gozara en esa tibieza en que alentaba el mundo,
ardiendo, en la vieja esperanza, por una esperanza
nueva.

Y, por encima de todo, el flamear,
el humilde y perezoso flamear
de las banderas rojas. ¡Dios, las hermosas banderas
de los años Cuarenta!
¡Flameando una sobre, otra, en una multitud
de telas pobres, empurpuradas de un rojo verdadero
transparentando la brillante miseria
de los harapos de seda, de los bordados de las familias
obreras
—y con el fuego de las cerezas, de las manzanas,
violáceo
por la humedad, sanguíneo por un poco de sol que lo
hería,
ardiente rojo aglomerado y tembloroso
en la heroica ternura de una estación inmortal!

―De los poemas recopilados en «Poesía en forma de rosa» – 1962
Traducción de Guillermo Fernández

A los cincuenta y tres años, Pier Paolo Pasolini fue asesinado cerca de un campo en Ostia (1975). Así llegó a su fin una vida llena de arte, conciencia social y mucha controversia; dejando, además, en su novela Petrolio (inacabada por su muerte) algunas pistas que se han recogido para volver a la investigación de lo acontecido.

COMUNICADO PARA ANSA (Propósitos)

He bebido un vaso de agua a las tres de la mañana
mientras Arezzo tenía el aire de ser absolutamente independiente.
Una vez resuelta la omisión de los principales deberes
(de poeta, de ciudadano)
mis versos serán completamente prácticos
(a pesar de que sé bien que sin Dios la práctica es surrealista)
Como dice Eurípides: “La democracia consiste
en estas simples palabras:
¿quién tiene un consejo útil para darle a su patria?”
Así, mis consejos serán los de un loco moderado.
Después de mi muerte, por lo tanto, no se sentirá mi falta:
la ambigüedad importa mientras está vivo el Ambiguo.
―Versión de Jorge Aulicino

… Estoy en otro tiempo,

un tiempo que dispone sus mañanas

en esta calle que yo miro, ignoto,

en esta gente fruto de otra historia…

Pier Paolo Pasolini

PASIÓN Y MUERTE DE PIER PAOLO PASOLINI (Bolonia, 5/3/1922- Ostia 2/11/75)

Por Héctor Berenguer

I
Era día de todos los santos y no había mucha gente, él le ofreció veinte mil liras. Amaba a esos muchachos de la vida que ofrecen sexo con un nombre de guerra. El elegido se llamaba Pino Rana, como podía llamarse Rocco, que ahora debe andar por la Vía Ostiense que conduce a la costa, o cualquier otro de los tantos, con falso cinturón D&amp, falso Rolex, falsos Rayband y falsa identidad y que aún caminan con amor homicida, junto a la basílica de San Pablo o al Capitolio, en la cercanías del templo de Júpiter o como tu amor ocasional, donde el Tíber se convierte en la Fiumara Grande. Ahora debes volver a morir en la desolada Ostia, donde pensabas y escribías las últimas cosas, en las luminosas terrazas que dan a la costa, a donde el lagarto se funde con la arena sucia y el todo se hace nada en una línea de agua negra. “Vuelvo a ti, muerte y te redescubro, como el emigrado que ha hecho fortuna.”

II
Aún la noche no te será revelada, la noche de los malditos que son benditos y no quieren serlo, pero los sigue el peso del deseo de una muerte inmaculada. Como los “accattone” o la última cena con la boca sedienta junto al Tíber. Los “Ciento veinte días de Gomorra” ya se han cumplido, la enemistad de los fascistas, católicos confesos, comunistas, brigadistas, demócratas mafiosos. Edipo Rey tiene los ojos puestos en vos, te está mirando, Medea te espera sigilosa. Pero sobre todo, te llama la humilde campesina que llora eternamente en “Il Porcile” y cuyas lágrimas aún lastiman la tierra que somos y seremos. Gente normal / me condena al temblor / a ocultarme / a desaparecer… Ya los sicarios te esperan como centuriones en el desolado páramo de Ostia. Agitador de conciencias impuras. Te espera el camino al otro mar, el mar de los gentiles, esa Galilea indescifrable donde Mateo desató el ansia imposible de probar la suerte. La sangre de la justa muerte y a favor de los muchos, pero muy pocos. Mateo Leví el recaudador arrepentido, el publicano que “vio la destrucción del templo”. Lo que antes fue en el momento y que ya es después, hasta el día de hoy. El campo del alfarero, el campo de sangre. Deja que los indecisos entierren a sus muertos. Ya nadie añade un codo a su vida porque miran y no ven, oyen pero ni escuchan ni entienden: “Sporco comunista”, “Mascalzone”, “Frocio” “Fetuso”. Ya no siento delante de mi toda la vida / Ahora tengo poco tiempo por culpa de la muerte / Por culpa de este mundo inhumano.

III

Dos de noviembre de mil novecientos setenta y cinco: dice “Il Corriere della Sera”. Asesino confeso: Giuseppe Pelosi, entonces tenía diecisiete años. Vivían Moravia, su esposa Elsa Morante, el poeta Darío Bellezza. Entre tantos amigos nadie vio nada porque nadie miraba para ese lado y si miraban no te hubieran visto… Oyeron pero no escucharon. Ahora se sabe que fue una conspiración. Ya lo había profetizado. Oriana en su desierto como Miriam, cuando vio a Jesús y nadie le creyó.
Giorgio Napolitano “amigo de las artes” tampoco vio nada anormal. Las Brigadas Rojas se ahogaron en otras sangres. El pueblo dijo: “Algo habrá hecho”… “Se muere como se vive”… Derecha de la izquierda, izquierda de la derecha…
Qué solo que está el hombre que está sólo consigo.

…Una guía para no ser guiado…

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